Los trastornos del aprendizaje constituyen un conjunto de problemas que surgen de alteraciones en los procesos cognoscitivos y que interfieren en el rendimiento escolar, dificultando el adecuado progreso del niño.
No hay que confundirlos con los Trastornos Generalizados del Desarrollo (T.G.D), que implican problemas severos que afectan a otras áreas del desarrollo infantil. Los trastornos de aprendizaje hacen referencia a áreas concretas (lectura, escritura, cálculo…).
Los más comunes son:
DISLEXIA
La dislexia es un trastorno permanente y específico que se caracteriza por la existencia de una serie de dificultades para aprender y automatizar la codificación (escritura) y decodificación (lectura), de los símbolos lingüísticos en ausencia de una causa física, cognitiva o contextual, puesto que de ser así, cualquiera de estas causas podría explicar las dificultades de aprendizaje.
Va ligada al lenguaje, por lo que muchos disléxicos pasan en su niñez a su vez por un retraso simple del lenguaje, tienen un trastorno específico del lenguaje o un retraso fonético o fonológico que ocasiona la aparición de dislalias.
Mientras que los niños que no sufren este trastorno aprenden los sonidos de las letras y empiezan a combinarlas, los disléxicos siguen teniendo dudas para asociar un fonema a una letra y escribir los símbolos que representan los sonidos. Esto da lugar a una carencia en la automatización de la lectura y escritura. Lo que los demás niños van aprendiendo a hacer casi “sin pensar” (en un proceso similar al de conducción), un niño con dislexia se ve obligado a pensar de manera consciente; cómo se representa este sonido, cómo se escribe esta letra, estos dos sonidos se parecen mucho, cuál es cuál… De esta forma utilizan un exceso de recursos cognitivos para realizar las tareas de escritura y lectura.
Una intervención preventiva a partir de los 4-5 años, sobre todo en niños con antecedentes familiares, con problemas de lenguaje oral o en los que se observen dificultades iniciales de aprendizaje ayuda a paliar el trastorno en fases posteriores.
Es muy importante no exigir a estos niños tareas que supongan unas habilidades de nivel superior, como puede ser la comprensión lectora, sin haber adquirido de forma sólida otras precedentes sobre las cuales se estructuran. Así evitaremos que se sientan frustrados, torpes o inmaduros por no poder hacer un correcto uso del lenguaje.
DISGRAFÍA
A grandes rasgos podemos decir que la disgrafía es una dificultad a la hora de desarrollar la escritura manual que correspondería a la edad cronológica del niño, que no se explica por un retraso cognitivo o madurativo, falta de escolarización u otros problemas físicos, sensoriales o emocionales.
El niño hace una letra ilegible, lenta e irregular o una escritura con ortografía deficiente, con uniones o fragmentaciones inadecuadas, o pobre respecto a su escritura y/o significado.
La disgrafía léxica reúne todo el conjunto de rasgos que afectan directamente a la formación de palabras. Se manifiesta por la omisión de letras, sílabas o palabras, confusión entre grafías semejantes, inversión o trasposición en el orden de las sílabas, invención de palabras, agregado de letras o sílabas, o unión o separación incorrecta de palabras.
La disgrafía motriz o caligráfica se refiere a todo lo que afecta a la forma de la letra, la propia grafía y la disposición del cuerpo del texto sobre un soporte. Se manifiesta a través de grafías ilegibles, letras de tamaños demasiado grandes o pequeños, inclinación defectuosa en los renglones, tensión excesiva en la sujeción del lápiz o presión insuficiente, trastornos en la direccionalidad de los giros (como escribir la o en el sentido de las agujas del reloj), etc.
Al igual que ocurre con la dislexia, debemos detectarla y tratarla lo antes posible para impedir que obstaculice el desarrollo educativo y personal de los niños.
DISCALCULIA
La discalculia hace referencia a las dificultades que se presentan para aprender a contar, calcular o realizar ciertas operaciones, definir grupos de objetos y en el pensamiento espacial.
Al igual que la dislexia, este trastorno puede afectar a personas con una inteligencia normal o incluso superior a la media, sin embargo, y pese a ello, presentan serias dificultades para realizar un cálculo o completar un ejercicio aritmético entre otras.
También puede acarrear problemas psicológicos, como baja autoestima o trastornos de conductas perturbadoras.
Se presenta en una etapa temprana con la dificultad de aprender los números. Los niños no entienden la correspondencia entre el número y la cantidad que representa. A veces estas dificultades se esconden detrás de comentarios como “ no se le dan bien los números”, pero es importante estar atento y atacar las dificultades antes de que avance el curso, puesto que podemos estar ante un caso de discalculia.
La causa de la discalculia, al igual que ocurre con el trastorno de lectura o escritura, es desconocida. Sabemos que afecta a varias áreas del desarrollo como la capacidad visoespacial o visoperceptiva, conlleva una mala lateralización y trastornos en el esquema corporal, falta de ritmo y desorientación espacio-temporal.
Sin una adecuada intervención, el niño puede arrastrar a lo lartgo de su escolarización serias dificultades aritméticas que pueden provocar su fracaso, o incluso, su abandono escolar.