Conocemos la disfonía fuera del ámbito médico como voz ronca. A veces lleva a una pérdida total de la voz, y es lo que conocemos como afonía.
La causa puede ser por excesiva tensión en las cuerdas vocales; o porque las cuerdas vocales no cierran completamente.
Lo más normal en el niño, es que la disfonía esté causada por un mal uso y abuso vocal. En general, se trata de niños que tienden a hablar muy fuerte, que suelen gritar mucho y durante mucho tiempo. Suelen hacer esfuerzo al hablar y realizan numerosos "golpes de glotis". Todo ello, favorece la aparición de la disfonía, que se percibe como esa voz ronca y persistente en el niño.
A la larga, puede conducir a la formación de nódulos o de pólipos si no se trata adecuadamente.
En estos casos, la mejor opción pasa por acudir al Otorrino-Laringólogo, quien debe informar sobre el estado actual de la laringe, la existencia o no de formaciones secundarias al esfuerzo (nódulos y pólipos), y la existencia o no de esfuerzo durante el habla. Con esta información, el especialista en Logopedia, ya está en disposición de llevar a cabo el tratamiento más adecuado.