El niño, desde sus primeros meses de vida, comienza a experimentar una serie de trasformaciones, por las cuales aumentan sus habilidades y conocimientos para pensar, percibir y comprender.
Dichas habilidades son conocidas como “hitos del desarrollo” y son diferentes para cada rango de edades.
Cuando un niño presenta un retraso madurativo o del desarrollo quiere decir que mantiene características similares a niños de menor edad cronológica, es decir, las habilidades conseguidas por él hasta el momento, son correspondientes a un rango de edad inferior al que le corresponde.
Dicho retraso puede verse reflejado en las siguientes áreas del desarrollo:
o Área cognitiva: habilidades de aprendizaje, pensamiento, comprensión, resolución de problemas, memoria, razonamiento, etc.
o Área del lenguaje: la capacidad de hablar, de expresarse mediante su lenguaje corporal y gestos, de comunicarse y entender lo que otros dicen.
o Área socio-emocional: la capacidad para mantener relaciones interpersonales con personas conocidas y desconocidas, interactuar, reconocer emociones en sí mismo y en otros, etc.
o Área motora: motora gruesa (saber usar sus músculos grandes para sentarse, caminar correr, mantener el equilibrio, etc) y motora fina (habilidades para usar sus manos y dedos para poder escribir, vestirse, jugar, comer, etc).
Es importante saber que en el retraso madurativo hay un retraso cronológico pero sigue habiendo un curso normal de desarrollo. Aproximadamente el retraso puede ser de un año o dos a lo sumo.