El origen de la agresividad es el sentimiento de ira, una emoción humana y natural, pero la conducta agresiva se debe a la falta de capacidad para controlarla. Una conducta agresiva va desde el ataque físico a gestos o palabras. Hay personas más propensas a la agresividad, son aquellas personas que faltan el respeto, ofenden o tienden a provocar a los demás, lo que empieza por episodios puntuales puede llegar a ser muy frecuente convirtiéndose en un serio problema para la persona agresiva como para los que están alrededor. Las manifestaciones más frecuentes de la agresividad son: • A nivel físico: golpear, empujar, forcejear. • A nivel emocional: sentimientos de rabia y cólera. • Expresión facial: ceño fruncido, apretar los labios. • A nivel verbal: insultos, ofensas, cambios en el tono y volumen en el lenguaje. • A nivel cognitivo: fantasías destructivas, elaboración de planes agresivos o ideas de persecución propia o ajena. • Búsqueda de poder y dominación. Lo positivo de todo esto es que la conducta agresiva se puede eliminar. Aprender a controlar estas manifestaciones es posible. Es normal sentir enfado y rabia, son emociones humanas. El enfoque que damos desde nuestro Centro Evel es que un profesional te enseñe a dominarlas para que ellas dejen de dominarte a ti.
Agresividad
