En este artículo veremos las dimensiones del patrón de comportamiento de un Líder Auténtico. Si quieres convertirte en uno, no dejes de leerlo. Descubre las cualidades que debes reunir para convertirte en esa persona capaz de guiar a tu organización y equipo al éxito.
Vamos a comenzar repasando qué significa el término liderazgo. El liderazgo no tiene nada que ver con la influencia descarnada ni el poder coercitivo. Bien sabido es que si los empleados hacen algo bajo presión del jefe, toda actuación del empleado se realizará sin entusiasmo, sin alcanzar resultados óptimos, y desaparecerá cuando éste no esté presente. Por lo tanto, vamos a olvidar que eso de que el líder da órdenes y los empleados obedecen sin pega es el escenario más apropiado para el funcionamiento de una organización.
El líder auténtico es esa persona que influye en sus empleados de tal forma que les anima a contribuir de voluntariamente a la consecución de los objetivos de la organización, de tal forma que estos objetivos sean interiorizados por todos como válidos y apropiados.
Ejerciendo un buen liderazgo conseguiremos:
- Resultados que sobrepasan las expectativas.
- Emociones positivas en el entorno de trabajo.
-Desarrollo y crecimiento de los miembros de la organización.
Los líderes auténticos muestran un patrón de comportamiento característico, que se agrupa en cuatro dimensiones:
1. Consciencia de sí mismo
2. Procesamiento equilibrado de la información
3. Perspectiva moral internalizada
4. Transparencia en las relaciones
Vamos a ver cada una de ellas en detalle.
Consciencia de sí mismo
Un auténtico líder conoce sus fortalezas y debilidades. Sabe cuáles son sus áreas de mejora, sus mecanismos de defensa, sus valores, sus motivacione, es decir, se conoce. Sabe cómo influye en otros colaboradores de la organización y en el contexto organizacional, y buscan el feedback para seguir mejorando en su auto-conocimiento. El líder auténtico tiene un autoconcepto positivo, lo que le facilita aceptar y comprender las consecuencias tanto positivas como negativas de sus acciones y seguir desarrollando su autoconsciencia. Es consciente de sus emociones, las conoce y sabe qué las causa y cómo estas determinan sus pensamientos. La autoconsciencia va a facilitarle su desarrollo, puesto que le da un conocimiento que le permite un procesamiento equilibrado y una modificación de su comportamiento que incremente su efectividad personal y profesional.
Procesamiento equilibrado de la información
Un líder auténtico no permite que sus percepciones y decisiones sean sesgadas por motivos de autodefensa, autoensalzamiento o autoprotección. Para tomar decisiones, analiza datos y hechos objetivamente, tanto externos como relacionados con él mismo. Un líder no busca oponentes inferiores que no puedan invalidar sus competencias, sino que buscan información ya sea confirmatoria o desafiante de sus propias capacidades, generando situaciones de alto potencial de desarrollo.
Perspectiva moral internalizada
Esta es probablemente la dimensión más característica del liderazgo auténtico. Se refiere a que el comportamiento del líder siempre se sustenta por criterios morales y éticos, y no por presiones grupales, sociales u organizacionales. Todas las acciones del líder están dirigidas hacia intereses colectivos, aunque a veces estos entren en conflicto con el interés personal. La autoconsciencia favorece la conducta ética del líder. Para que la conducta del líder sea ética, previamente ha de haber analizado sus valores y motivos y haber identificado posibles discrepancias entre estos y el bien común de la organización. Los líderes que se comportan de forma ética son más sinceros y tienen menos reparos a la hora de reconocer sus errores, lo que se traduce en el desarrollo de relaciones transparentes con sus colaboradores.
Transparencia en las relaciones
Un líder auténtico comparte información e invita a sus colaboradores a hacer lo mismo. Debe ser capaz de admitir errores y animar a las personas a expresarse de forma honesta y sincera aunque a veces oigan cosas que no son agradables. También esta dimensión se refleja en la forma en que sugieren cambios en el trabajo, en lugar de “criticar”. Todo ello permite crear contexto empresarial de desarrollo y aprendizaje. Saber expresar tanto lo positivo como lo negativo crea confianza y facilita el trabajo en equipo y la cooperación.
"Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y a ser mejores; eres un líder".
Jack Welch
Fuente: Osca Segovia, A. Palací Descals, F.J., Moriano León, J.A., Lismona Bañuelos, A.M., (2016), Psicología de las Organizaciones (Madrid), Ed. Sanz y Torres.